En esta vida de locos que llevamos últimamente, cargados de responsabilidades de todo tipo, parece una heroicidad encontrar un minuto para parar y reflexionar. Pero la realidad es que cuando conseguimos hacerlo, las cosas funcionan mucho mejor. Prueba de ello, el menú semanal que tan de moda se ha puesto por facilitar tanto el día a día gracias al ahorro de tiempo, dinero y esfuerzo que conlleva.
Os dejo a mano una tabla que puede veniros muy bien para organizar las tareas domésticas este fin de semana.
Estudiar y repasar las tablas de multiplicar pueden convertirse en una tarea algo tediosa tanto para el estudiante, como para el hermano, amigo, padre , madre o profesor que tiene que preguntarlas. Sin duda el momento más difícil, es ese en el que entran a participar las tablas del 6, 7, 8 y 9, con las tablas de números inferiores todavía cogidas con alfileres. De repente, todas las cifras saltan por los aires.
Últimamente escucho demasiados me apetece y no me apetece a mi alrededor, como si estos fueran además razón de peso en la elaboración de un argumento.
A pesar de todo lo que nos digan los expertos acerca de los beneficios de una educación sin gritos, que podemos entender muy bien sentados tomando un café mientras los niños disfrutan de sus horas escolares, en momentos de gran "agitación familiar", lo que digan los profesionales muchas veces nos trae sin cuidado,...
Hace unos meses os contaba un reto que había hecho en casa que se llamaba “hoy no me quejo”. Tampoco es que preparáramos mucho, simplemente (un poco harta ya con el tema) puse un cartel en la cocina para recordar que teníamos un reto en mente, les animé y les di mil razones que respaldaban la idea y listo,… no duramos ni cinco minutos.
Los hombres, necesitamos ser vistos, ser oídos y ser reconocidos. Nuestros hijos necesitan que les prestemos atención, que mostremos interés por ellos, que dejemos lo que estamos haciendo para mirarles a los ojos mientras les escuchamos, que escuchemos activamente lo que dicen y que lo valoremos.