Hay momentos en la vida en los que todo va sobre ruedas, lo vemos todo hecho y nos sentimos genial con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. Pero también hay otros en los que todo se pone patas arriba. Y la vida de nuestros niños, no es excepción. Pues aunque como padres, no tengamos duda de que esos niños son los mejores, hay veces que no podemos evitar perder la paciencia, porque ni los deberes, ni la ducha, ni la cama, ni los dientes, ni la obediencia, ni el orden,… NADA. Hay veces que NADA!.
Estas veces, aunque parezca mentira, lo mejor es centrarnos sólo en una pequeña cosa para mejorar. Por varias razones:
- Porque hay veces que nuestra situación personal o laboral, no nos deja ver que en realidad hay cosas que sí que hacen bien. Si nos centramos en observar una de ellas con más detenimiento, nos daremos cuenta de que a veces, SÍ que hacen las cosas bien,…
- Son niños. Les cuesta centrarse en varias cosas a la vez. Más vale pedirle que intente mejorar una sola, que la tenga muy presente y que se esfuerce en conseguirla.
- Muchas veces, consiguen un objetivo y todo lo demás se pone en su sitio de nuevo. Sí! No es magia! Es inteligencia emocional! Hace varios años ya, que me lo dijo uno de los profesores de mis hijos. Y la verdad es que funciona. Lógico. A todos nos gusta sentirnos bien con nosotros mismos y ver felices a las personas que más nos quieren. Cuando hacemos bien algo, cuando nos sentimos bien y vemos a los que más nos quieren felices, queremos seguir haciendo las cosas bien,…
Es importante que el objetivo escogido sea muy concreto. Muchas veces, intentamos escoger el objetivo más amplio posible, aquel que abarque todos los momentos del día y así mejorarlo todo de golpe. Tipo»obedezco a la primera». Siempre. Al levantarme, al desayunar, para vestirse, para cepillarse los dientes, recoger, compartir, leer, dormir,… Demasiado. Es raro que funcione. Debemos pedirles que se esfuercen en algo muy concreto: «Me lavo los dientes después de comer», «hago la cama lo mejor que puedo», «me baño cuando me lo piden», «no me levanto de la mesa mientras como»,…
Mejor ser realistas y buscar un objetivo que aunque le cueste un poco, sea capaz de cumplirlo. Me explico. Si tienes un niño de 4-5 años, edad en la que les apasiona sacarlo todo, pero en la que son incapaces de recogerlo después, bien por el repentino dolor de manos, bien porque dicen no saber hacerlo, bien porque prefieren pasar el rato intentándonos convencer de que son incapaces de hacerlo solos, no le pongas «recoger todos los juguetes a la primera», porque quizás haya que ir un poco más despacio. Funcionará mejor «recojo los muñecos de plástico o los coches o los bebés, cuando termino de jugar» o «pido ayuda a mamá y recogemos juntos los juguetes de la habitación». La idea es que poco a poco vayan aprendiendo y creciendo, pero que aprendan y crezcan,… Vamos, el «despacito y con buena letra» de toda la vida,…
PISTA PARA LOS QUE TENÉIS YA EN CASA ALGUNAS DE LAS HERRAMIENTAS EDUCATIVAS DE MTPE:
Tener una rutina muy marcada, ayuda muchísimo al niño a centrarse en lo que tiene que hacer. Si aun así, necesita un refuerzo, dentro de la rutina, puedes ponerle una estrella al lado del punto que más te interese reforzar. Le explicaremos entonces al niño, que aunque esa es la rutina que tiene para la tarde o para la mañana, queremos que se esfuerce mucho mucho en hacer bien el punto que hemos marcado o el punto que él quiera trabajar.
Observa en la imagen, que la estrella está junto a la ducha. Le pediremos en este caso, por ejemplo, que se duche el primero, que vaya contento a la ducha, que salga sin que nadie tenga que avisarle,… y en eso, nos centraremos durante unos días.
Este juego, es perfecto para trabajar lo que os acabo de contar, pues nos ayudará a centrarnos en una sólo cosa y el niño apreciará sus avances además de por nuestros elogios, al ver cómo el helicóptero se va acercando hacia el sol. Llegar al sol puede ir o no acompañado de una recompensa, que como siempre digo, no necesariamente tiene que ser material.
Este juego, también nos permitirá trabajar fácilmente con lo explicado más arriba. Colocaremos el vinilo y la luna. Cada vez que el niño cumpla el objetivo, le daremos una estrella que él colocará en su universo. Utilizando tizas tradicionales, podemos pintarles o escribirles dibujos y buenas palabras que le recuerden lo orgullosos que estamos de ellos.
Por último, recordad que nunca sobran las buenas palabras, los ánimos y las felicitaciones. Que aunque ya lo sepan, les encanta escucharnos decir, lo orgullosos que estamos de ellos y lo felices que somos a su lado.
Feliz miércoles!
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