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Inicio  /  General   /  La «Poda Sináptica». Adolescencia.

Hace unos meses descubrí el término de la «poda sinápica» que me está ayudando muchísimo a comprender un poco mejor a mis hijos, según se van acercando a la preadolescencia y van nadando en la adolescencia. Así que con vuestro permiso, hoy me pongo un poco más teórica,… pero no demasiado!!

Gracias a las técnicas de resonancia magnética, se ha podido obtener información muy interesante y antes desconocida, acerca de lo que ocurre en el cerebro. Con ella, han aparecido nuevas teorías que compiten seriamente con las de las hormonas de las que tanto se ha hablado estos años, y que hablan de los cambios cerebrales que tienen lugar durante la segunda década de la vida.

Al nacer, el número de neuronas no experimenta un cambio importante, pero se empiezan a crear nuevas conexiones entre neuronas (sinaptogénesis). A los pocos meses, ya se tienen muchas más conexiones (sinapsis) que las que existen en un cerebro adulto.

A esta creación de sinapsis, le sigue otra etapa de destrucción de las sinapsis que no se usan y fortalecimiento (mielinización) de las que sí se usan. Este fortalecimiento hará que las conexiones que queden sean más veloces y eficaces.

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Observa cómo a los 14 años, el número de conexiones ha disminuido de forma sustancial

Es decir, los primeros años de vida, estamos provistos de un cerebro con muchas más conexiones.

A lo largo de la infancia, eliminamos todas aquellas que no usamos y hacemos más eficaces las que nos quedamos.

Lo novedoso de todo esto, es que hasta hace poco, se pensaba que al llegar la adolescencia, la arquitectura cerebral ya estaba completamente definida, sin embargo, numerosos estudios indican que si bien esto es cierto para muchas regiones del cerebro, no ocurre lo mismo en otras, como la corteza prefrontal, donde se continúa creando sinapsis en la etapa inmediatamente anterior a la adolescencia (11-12 años) para disminuir y fortalecer después las que quedan, tarea que no concluye hasta pasados los 20 años.

Esta corteza prefrontal que se está modelando en esta segunda década de la vida, es la principal responsable de la función ejecutiva (ponernos metas, diseño de planes, inicio de actividades,…) y autorregulación de la conducta, lo cual nos permite comprender un poco mejor a nuestros adolescentes y sus conductas.

Además de este desarrollo del lóbulo prefrontal, durante estos años, se mejorarán las conexiones de dicho lóbulo «regulador» con algunas otras estructuras ya desarrolladas desde los primeros años de vida, como la amígdala, lo cual hará que muchas de las reacciones automáticas de la amígdala (que os contaba en este artículo), pasen a estar más controladas por la corteza prefrontal, disminuyendo progresivamente la impulsividad propia de los primeros años de la pubertad.

Es decir, poco a poco irán desarrollando ese lóbulo prefrontal tan necesario para su autorregulación y mejorarán sus conexiones con otras estructuras disminuyendo se impulsividad.

EL CEREBRO NO ESTARÁ COMPLETAMENTE MADURO HASTA PASADOS LOS 20 AÑOS

Poco a poco, a medida que las distintas áreas cerebrales van integrándose, la autorregulación que a principios de la adolescencia dependía exclusivamente de una corteza prefrontal inmadura, a finales de esta etapa y durante la edad adulta, este control dependerá de varias estructuras cerebrales lo cual será más eficaz.

Antes de irme, os cuento tres de mis conclusiones:

Al llegar a la adolescencia, es posible que observemos un pequeño (o gran) retroceso en nuestros hijos. Es normal, y saberlo de antemano, puede ayudarnos mucho a comprender las actitudes de nuestros hijos, ser más comprensivos es esta etapa y a saber acompañarlos un poco mejor.

Explicales esto que les está ocurriendo, puede ayudarles a serenarse en esta etapa de contrastes, conocerse, entenderse y aceptarse mejor, para disfrutar de forma mucho más plena de estos años.

Los padres debemos ejercer de «corteza prefrontal» de nuestros hijos, puesto que la suya no está en plenas facultades. Por eso, en un ambiente de confianza, flexibilidad y diálogo, los límites y las normas, son imprescindibles en esta etapa.

¿Tienes ya hijos en estas edades?¿Qué es lo que más te ayuda para comprender a tus hijos preadolescentes o adolescentes?

Feliz día!!

YA A LA VENTA MI PRIMER LIBRO «EDUCAR SIN GRITOS».

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3 comentarios

  • Maripazhace 7 años

    Hola! tengo a un adolescente de 17 años y a una preadolescente de 13 años, y lo que he observado desde que el primero entró en esta gran etapa, es la necesidad de despegarse de edades inferiores para autoafirmarse como adulto o cercano a ellos. En casa cuando esto ocurrió contamos con una pequeña ayuda psicológica que nos animó a darle responsabilidades y dejarlo actuar pero acompañando, ahora estamos muy contentos por la madurez alcanzada. Con mi hija de 13 estamos realizando el mismo proceso, hay que dejarlos pero sabiendo que estás ahí y que a lo largo de su vida siempre encontrarán limitaciones y decisiones que deben tomar.

    responder
  • Flor de lisshace 7 años

    Muy interesante el post

    responder

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