Yo no sé si educar es fácil o difícil. Para mí, algunas cosas me han resultado muy sencillas de enseñar y otras muy difíciles, por no decir imposibles. Lo que uno hizo a la primera, no hay manera que lo pille el siguiente y mucho menos el siguiente o el siguiente. Hay días que creo que lo hago genial, pero hay otros muchos que me acuesto llena de remordimientos pensando que no hay peor madre en el mundo entero, mientras mis hijos duermen a pierna suelta en sus camitas.
Lo que tengo muy claro es que educar es largo. Yo llevo ya 7 años, y no he hecho más que empezar. En estos años he descubierto que no me sobra paciencia, como pensaba cuando sólo había nacido mi primogénito y que tengo una voz totalmente desconocida que aparece en ciertas ocasiones, al tiempo que mis ojos salen de sus órbitas y se me eriza todo el pelo. Pues sí, educar me agota, me consume, me saca de quicio y al paso que llevo acabo con nódulos en las cuerdas vocales seguro. Pero adoro a mis hijos y me encanta inventar nuevas cosas para guiarles lo mejor que sé sin morir en el intento.
Anonymoushace 10 años
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Anonymoushace 10 años
Hola vecina! soy tu tocaya, enhorabuena por tu blog!! me parece genial y a partir de ahora tienes una nueva seguidora!