
Que los niños tengan una alimentación variada y en cantidades razonables, es una de las grandes preocupaciones de los padres. Preocupación más que justificada cuando los perceptiles no son muy generosos y el niño hace ascos a todo lo que sea verde, naranja, rojo y en general cualquier color. La tensión que se crea entre los padres puede llegar a crecer exponencialmente, al tiempo que se refuerza la actitud del pequeño.
Hoy te dejo algunas ideas que han ido surgiendo en los talleres de trabajo de las distintas ediciones del curso online educar sin gritos, para reducir la tensión familiar, introduciendo a través del juego y de diferentes estrategias el hábito de comer bien.
1. Elabora el menú semanal con tu hijo. Recuerda que debes llevar el timón en este momento, ya que eres tú el que sabes cuáles son las necesidades diarias de tu niño. Sin embargo, puedes pedirle su colaboración.
Te pongo un ejemplo: Imagina que el lunes por la tarde crees que debería cenar pasta, el martes verdura y el miércoles pescado. Cuando desarrolléis juntos el menú, dile que elija el lunes entre espagueti, macarrones, lacitos…; el martes entre crema de zanahoria o calabacín, judías con tomate…; el miércoles entre salmón, merluza…
2. Deja el menú en un lugar visible de la cocina. Si tu hijo no sabe leer, haz dibujos de los platos que toca cenar esa semana, no te preocupes si no sabes dibujar muy bien, le va a gustar y lo va a entender, que es lo que importa. También puedes prepararlo con imágenes recortadas de alguna revista vieja. Si este mural los hacéis juntos, escuchando música, y pasando un rato agradable, muchísimo mejor.
3. Habla con naturalidad de las comidas. Pregúntale qué toca cenar hoy, cuál cree que va a ser su día favorito… Puedes sugerirle que el día que os guste mucho la cena, colocaréis una pegatina al lado de los dibujos correspondientes, para recordar que esa comida está muy rica.
4. Pídele que te ayude a cocinar. Puede lavar las verduras, pelarlas, partirlas, batir huevos, pesar la harina, empanar…
5. Preparad la mesa juntos, con tiempo y lo más completa posible. Y ve hablando ya de la comida de forma tranquila. Necesitamos poner cucharas para el puré de zanahoria, y cuchillo para cortar el san Jacobo…
6. Come con tus hijos. Es importante que vean cómo comes. Quizás si son demasiado pequeños no lo veas muy viable, pero no tardes en hacerlo.
7. Evita darle ningún tipo de galleta, chuchería, zumo o batido… entre horas. Quita de su alcance aquello que le gusta y que pueda estar comiendo.
Como ves, todas estas prácticas tienen como objetivo tratar el tema de la comida con la mayor naturalidad posible, poniéndola en su lugar y dándole la importancia que merece.
No hace falta que pongas en práctica todas las posibilidades que te cuento al mismo tiempo. Elige una o dos, las que más te gusten y creas que puedan encajar con tus hijos en este momento. Ya tendrás tiempo de ir probando con el resto.
¿Tus hijos comen bien? ¿Qué has hecho para conseguirlo? ¿Has probado de todo y siguen comiendo fatal? Puedes enriquecer este post compartiendo tus experiencias a continuación. Mil gracias de antemano.
Feliz día!!
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albahace 5 años
Gracias por las ideas. Las pondré en practica y te cuento.
Laurahace 5 años
Genial Alba!
Ya me cuentas.
Gabrielahace 4 años
Quería comentar que cuando no quieren verduras últimamente les hago licuadora con fruta y verduras y no se enteran y les gusta. Por ejemplo berenjena con naranja. Pepino con banana y jugo de arándanos. Zanahoria con Damasco y jugo de arándanos. Pera con manzana ,durazno y berenjena. A veces con avena y agua. Otras veces con almendras activadas y agua. Sin endulzar con nada más que con la Fructuosa natural de la fruta que utilice. Y la verduras crudas obvio. Gracias espero sirva mi comentario