
Hace unos meses veía un juego en el programa de TVE desafía tu mente que me encantó. Entre el minuto 9 y el 13, proponían un reto que os resumo a continuación para quien no pueda ver el vídeo,… Aunque os aconsejo dedicarle unos minutos. Es muy curioso.
Aparecen en escena varios chicos y chicas con camisetas de diferentes colores y un par de combas. El reto que nos plantea Lobato es contar el número de saltos que realizan aquellos que tienen las camisetas de color verde.
Pasados unos segundos en los que se turnan los distintos chicos y chicas provistos de camisetas de diferentes colores para dar saltos, paran para que contestemos cuántos saltos hemos contado. Pero eso no parece ser el reto, pues a continuación vuelve para preguntarnos si hemos visto el enorme pollo que apareció en medio de la escena. Yo personalmente, no lo había visto. Y mucho menos me había dado cuenta de los cambios de color del escenario que comentan después.
¿Y por qué ocurre esto? ¿Por qué no hemos sido capaces de ver el pollo que se ha paseado por mitad de la pantalla?
Y explica que hay demasiada información entrando a través de los ojos y que nuestro cerebro no es capaz de procesarla toda. Por esto, el cerebro debe actuar como un foco, concentrando toda la atención en unas partes de la escena.
Algunos se concentraron en los saltadores únicamente, otros sospecharon que algo raro iba a ocurrir y consiguieron ver el pollo, pero la mayoría no consiguió ver que el color del escenario iba cambiando,…
Ya que aquello en lo que no nos fijamos, simplemente, no lo vemos.
Este juego, además de divertirme mucho, me hizo reflexionar acerca de mi día a día en general y de la educación de mis hijos en particular,…
¿Cuántas veces no somos capaces de ver las cosas buenas que hacen nuestros hijos por estar fijándonos en otras cosas?
¿Cuántas veces ponemos la atención en algo que estaban haciendo mal sin poder ver todo lo bueno que ocurría?
¿Qué pasa con esas tardes que fluyen solas que por acabar en conflicto, parece que todo fue catastrófico?
¿Realmente este adolescente me ha complicado todo el día o podría estar un poco más pendiente de ese humor irónico tan divertido que parece tener?
Hay un ejercicio muy bueno para todos, que es parar y hacer un esfuerzo por ver las cosas buenas que nos rodean y lo bueno que tienen las personas que tenemos cerca. Una forma bonita de hacer este juego, es en la mesa, durante una de las comidas del día. Por turnos, podemos decir lo que más nos gusta de todos los componentes de la familia, lo que más nos gustó del día, lo más bonito de nuestra ciudad,…
¿Te ha pasado alguna vez que el ritmo que llevas no te deja ver todo lo bueno que ocurre alrededor? ¿Y haberte centrado sólo en lo negativo sin ser capaz de ver lo positivo? ¿Cómo haces para no pasar por alto las cosas buenas que pasan a tu lado?
Me encantaría leer vuestros comentarios,…
Feliz día!!