Hoy pregunté a mis hijos qué era aquello que más les motiva en clase o en casa para hacer bien sus obligaciones académicas y esto es lo que me encontré. Os animo a que preguntéis a los vuestros pues les ayudará a recapacitar y darse cuenta de aquello que les sirve y de lo que no.
Parece mentira, pero hay veces que uno no se da cuenta de las cosas que están pasando a su alrededor pero que de alguna forma le están afectando a su estado de humor. A mi por ejemplo, me costó mucho tiempo identificar que me alteraba ver a los niños revoloteando por la cocina con una excusa en la boca del tipo "voy a por agua" "y yo a por un tenedor" "estoy cogiendo una pera de postre", cuando deberían estar sentados a la mesa,...
Pues las dos. Desde luego que hay niños muy responsables desde pequeñitos de forma natural. Sin embargo, no creo que sea lo más habitual y teniendo en cuenta que por alguna razón hoy en día tendemos no sólo a solucionar los contratiempos de nuestros niños, sino a anticiparnos a ellos, creo que padres, madres y educadores, tenemos que educar en la responsabilidad de forma mucho más consciente.
Madre mía!!! Miro la fecha de la última publicación y hace siglos ya,... El trimestre pasado tuve mucho trabajo y no me dio la vida para casi nada. Desde finales de diciembre estoy más liberada, pero nos ha costado empezar el año con buen pie, debido a una recaída de uno de los niños, que nos hizo cambiar de planes de la noche a la mañana y que nos ha enseñado muchas cosas buenas de la vida,... Lo mejor de todo, que ahora que ya hemos conseguido centrarnos un poco más, vengo con muchas ganas de trabajar e inventar nuevas ideas!!! Así que poco a poco, vamos allá!!!
Hoy podéis encontrarme en el club de las malasmadres donde dejo un resumen de la charla del pasado 24 de junio en Madrid en la que daba varias ideas para organizar el verano con nuestros hijos. Incluye vídeo!!
A estas alturas, muchos tenemos ya organizadas las actividades deportivas, música, pintura o idiomas de nuestros hijos para este verano. Viajes familiares, regiones por descubrir, reencontrarse con los abuelos, tíos y primos,... horas para no hacer nada y para hacerlo todo,... Pararnos a reflexionar acerca de lo que nuestros hijos necesitan como personas también durante el verano, es fundamental. Marcarnos objetivos y planificar con tiempo las distintas estrategias para alcanzarlos, nos va a permitir entrar de forma mucho más serena en estos meses ya de por sí algo caóticos, disfrutar de este tiempo y ya que estamos, crecer con nuestros hijos un poco más y un poco mejor.
EDUCAR SIN GRITOS: ORGANIZA EL VERANO
Ir al supermercado con niños, puede ir o muy bien o muy mal. Si vas al supermercado con ellos y sale el típico "ni fu ni fa", suele ser fruto de la casualidad... Al menos en mi caso. Y como de la casualidad no me fío mucho y ya no le encuentro mucha gracia al riesgo, si voy a ir al supermercado con mis hijos, utilizo todos mis recursos...
Ya sabéis los que me seguís desde hace tiempo, que en casa me gusta que los niños ayuden en las tareas domésticas. No es mucho el tiempo que les quita y a cambio le encuentro muchos beneficios. Sin embargo, pese a lo convencida que estoy de ello, tiendo a caer en el "casi lo hago yo, que voy más rápido y lo dejo mejor", en el que quedo estancada sin darme cuenta un tiempo más o menos prolongado antes de que una voz interna que dice algo así como,... "...pero bueno, será Marqués,...?" me haga despertar.
Hay momentos en la vida en los que todo va sobre ruedas, lo vemos todo hecho y nos sentimos genial con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. Pero también hay otros en los que todo se pone patas arriba. Y la vida de nuestros niños, no es excepción. Pues aunque como padres, no tengamos duda de que esos niños son los mejores, hay veces que no podemos evitar perder la paciencia, porque ni los deberes, ni la ducha, ni la cama, ni los dientes, ni la obediencia, ni el orden,... NADA. Hay veces que NADA!. Estas veces, aunque parezca mentira, lo mejor es centrarnos sólo en una pequeña cosa para mejorar. Por varias razones:
No sé si alguna vez te viste suspirando aliviado, por haber sido tú el que encontró creciendo flora en la mochila de alguno de tus hijos, utilizando como sustrato algún viejo bocadillo olvidado. Quizás la misma mochila que te hizo estremecer al pensar que rompería alguna de las vértebras del niño, llevaba los libros y cuadernos de todas las asignaturas menos las del examen del día siguiente. Le perdiste la pista a la agenda que compraste a principios de curso? No empieza las tareas porque no encuentra lapicero? Se eterniza pasando demasiado tiempo con las tareas?