
El otro día os hablaba de la Técnica Pomodoro que descubrí hace unos meses y que me ha permitido mejorar la productividad en mi trabajo tanto dentro como fuera de casa.Hoy toca contaros, cómo enseñar y aplicar esta técnica a los niños.
Básicamente, será lo mismo que para los mayores, pero hay que ajustarlo un poco, sin olvidar tener siempre muy presente que son niños y que debemos saber adaptarnos a su singularidad y ritmos de desarrollo:
1. Planificar: La agenda. Para que los niños se planifiquen bien en casa, lo ideal es que aprendan la importancia de completar la agenda a diario. Esto les va a restar mucha ansiedad, pues de un golpe de vista podrán ver lo que han hecho y lo que queda por hacer, así como las consecuencias que tanto una cosa como otra tienen. Por otro lado, aprender a planificarse es una de las mejores lecciones que podemos darles a nuestros hijos para toda su vida.
2. Planificar: Priorizar. Para los más pequeños que pueden traer sólo una ficha no hará mucha falta priorizar, pero para los más mayores, que el volumen de tareas escolares va aumentando considerablemente, hará falta priorizar y organizar un poco.
3. Tiempos. Cada pomodoro será más corto y dependerá de la edad y madurez del niño. Para saber el tiempo que cada «pomodoro» debería tener, podemos atender a la «tabla de atención sostenida durante una instrucción de nuevos contenidos». Después la atención disminuye.
Al tratarse estos tiempos de «atención sostenida para nuevos contenidos», el repaso posterior puede permitir tiempos más largos de atención, por lo que en algunos casos podríamos sumar 3-5 minutos.
4. Pasado el tiempo, deberá parar 3-5 minutos, estirar las piernas, moverse un poco,…
5. El tiempo total de tarea en casa no debería pasar en ningún caso del tiempo recomendado por los profesores y tutores.
Esta técnica busca mejorar el rendimiento y la motivación de los niños para que completen con rapidez e ilusión los trabajos propuestos desde el colegio, con el fin de poder dedicar las últimas horas del día al juego libre y a la familia. Si al poner en práctica la técnica no consigues los objetivos propuestos no sigas insistiendo y prueba con otra cosa.
Lo bonito de aplicar esta técnica con los niños, es que les animamos a centrarse en el proceso de aprendizaje y no en la prueba que deberán superar.
Feliz día!!
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Sara M.hace 7 años
Ay Laura, me estás diciendo justo lo contrario de lo que he oído por otros sitios, «la media hora». Esta teoría dice que hasta que no llevas al menos 30 minutos con una materia, no estás de verdad concentrado en ella, y es a partir de entonces cuando de verdad «cunde». Sinceramente, creo más en ésta, porque memorizar algo requiere concentración, y para mí esa no llega de repente. Uno no se siente, y en el primer minuto es capaz de estudiar con la misma intensidad que cuando lleva un rato. Otra cosa son las tareas que no requieran excesiva continuidad, como matemáticas, o ejercicios.
¿Qué opinas?
Laurahace 7 años
Bueno, la técnica pomodoro no dice que tengas que cambiar de actividad o materia cada 25 minutos, dice que pares cada 25 minutos para descansar, andar un poco,… Para después retomar la la misma actividad u otra.
Esto se basa en que pasados 25 minutos, la capacidad de mantener la concentración disminuye.
De todas formas, creo que cada uno debe buscar la técnica que mejor se adapte a él, sea cual sea.
A mi ésta, por ejemplo, me va como anillo al dedo,…
Gracias por tu comentario Sara!!